Toda la noche en vela, sin dormir ni un segundo. Recordando tu sonrisa y tu forma peculiar de mirarme con eses ojos oscuros como azabache. Llámame tonta por quererte pero no se puede evitar esto que siento. Me ves y te tengo que ver. Sonríes. Y después soy yo la que sonrío. Todo una cadena que llega a hacerme estar a mas de 3 metros sobre e cielo todos los días.
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